Diferencia entre una lámina Glassmáster y una lámina de acrílico.
Las láminas plásticas han tomado gran relevancia en la industria y la construcción gracias a su versatilidad, resistencia y ligereza. Sin embargo, no todos los materiales plásticos son iguales, y es común encontrar diferencias notables entre una lámina de PRFV (Plástico Reforzado con Fibra de Vidrio) y una lámina de acrílico (PMMA – Polimetilmetacrilato).
El PRFV es un material compuesto que combina una matriz de resina con fibras de vidrio, lo que le otorga una alta resistencia mecánica y durabilidad frente a la intemperie. Por esta razón, suele emplearse en aplicaciones industriales y arquitectónicas donde se requieren propiedades estructurales, como cubiertas, revestimientos, carrocerías, tanques o láminas para ambientes corrosivos.
Su principal ventaja es que soporta esfuerzos mecánicos y condiciones climáticas extremas sin perder estabilidad.
Por otro lado, el acrílico es un termoplástico caracterizado por su transparencia y acabado estético. Su transmisión de luz supera incluso a la del vidrio, lo que lo convierte en un material ideal para aplicaciones donde la visibilidad y la apariencia son prioritarias, como en ventanas, señalización, exhibidores, domos y elementos decorativos. Aunque ofrece buena resistencia a la intemperie y a los rayos UV, no posee la misma capacidad estructural del PRFV y puede rayarse o fracturarse con mayor facilidad ante impactos fuertes.
En términos de peso, el acrílico suele ser más ligero y fácil de manipular, además de que puede termoformarse y moldearse con calor, mientras que el PRFV, una vez curado, conserva su forma original y no es maleable. Asimismo, el acrílico destaca en aplicaciones estéticas por su acabado brillante y su transparencia, mientras que el PRFV generalmente se fabrica en presentaciones translúcidas, opacas o coloreadas, priorizando la resistencia sobre la estética.
Publicado: 08/SEPT/2025
Fuente:
Colfibras S.A.S
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